Hacía tiempo ya desde la última vez que cruzaron sus miradas, había olvidado el olor de su perfume, pero estaba seguro de tener su mirada impresa en el recuerdo. Le costaba -le cuesta- pensar en ella sin conectarla a su pasado, a su presente y a sus muchos posibles futuros, es -era- ella la constante en sus recuerdos, su pensamiento en las mañanas y su voz de arrullo por las noches. Sabían, los dos, que su 'final' no había sido más que un 'hasta luego', que iba a llegar el momento de compartir tardes nuevamente, de sonreír sin necesidad de hablar o, siquiera, mirarse.
Ella estaba -está- lista para volver a ver a ese que, tantas veces la hizo pensar en el futuro, a ella, 'la chica del hoy', la que odiaba hacer planes, sabía que era él el único capaz de enamorarla y mantenerla enamorada. Él, impaciente como siempre, contaba los minutos que lo separaban de volver a perderse en esos ojos que alguna vez sintió como suyos.
