jueves, abril 29

prescindir de mí

 Tantas veces me encuentro llorando partidas que todavía no fueron o que nunca serán, tantas otras, temo sobrevivir a esas despedidas y no ser efímera como, cada vez más, quiero ser. A la muerte no le temo, a la supervivencia sí, a sobrevivir a mis amados, a sobrevivir a mis pérdidas, no le temo a estar sola, le temo a seguir viviendo en el dolor, a seguir siendo necesitada, le temo a no ser prescindible y me aterra generar necesidad, porque si, aunque sea por un momento, alguien sabe necesitarme, yo me creo que me necesita para siempre y no sé irme, no sé dejar de estar, pero tampoco aprendo a estar del todo, a permanecer y, aún así, soy siempre incondicional, por sobre mí misma y mi deseo, por sobre todo lo que soy.