martes, septiembre 20

80 pirulos

En los últimos días, es complicado hacer las cosas sin pensar en mi abuelo, sin encontrarlo en canciones, frases, platos de comida o en gestos. Ayer, mientras estaba en el subte, vi a un viejito que tenía en la oreja un audífono como el que él usaba antes, el caro, del que siempre se queja porque nunca funcionaba; una chica pasó detrás de él y lo empujó, lo que hizo que él me empujara, al instante, me pidió disculpas y dijo algo que no entendí, le dije que no se preocupara y luego me miró sonriendo y dijo "sólo quiero pasar mi cumpleaños en la calle", le respondí "qué buen plan" y soltó un muy alegre "¡80 pirulos!" y no pude evitar ver en sus ojos y en su energía la de mi abuelo, le dije feliz cumpleaños y contuve mis ganas de abrazarlo palmeándole la espalda, me contó que se llamaba Oswaldo y que el 19 de septiembre es el día en el que más gente nació en el mundo, sonrió, llegamos a su parada y nos despedimos.
Oswaldo no conoce mi historia y yo no conozco la suya, pero, por ese momento, durante ese corto viaje, nos hicimos compañía y me regaló la alegría de recordar las ganas de mi abuelo, sus ojos y su vida.

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