miércoles, diciembre 30

Que siempre el amor pueda más.

martes, diciembre 29

vomitar

La sensación de hartazgo persiguiéndome muy de cerca mientras corro y corro, a pesar de saber que no puedo escapar, tropezar y chocarme con las náuseas, como esa bola que no deja de crecer dentro de mí y sube por mi garganta y por mi espalda, marearme, ver borroso, sentir mi cabeza estallando y, por fin, llorar, dejarme ir en esa explosión de todo lo que llevo dentro y sentirme asqueada, pero aliviada. 

Talvez llorar es como vomitar y la lluvia es solo otro vómito, un vómito renovador que nos permite, de nuevo, avanzar. El llanto es dejarnos vacíos de nuevo para volver a empezar o seguir, la lluvia es renovar, mojarse hasta estornudar y volver a empezar o seguir. 

lunes, diciembre 14

Tengo otro concepto sobre la eternidad

jueves, diciembre 10

mundo bonito

Vivimos en un mundo en el que la gente sueña con recibir amor incondicional, pero solo da amor incondicional una vez que lo recibe.
Vivimos, entonces, en un círculo vicioso, donde nadie puede recibir amor incondicional porque nadie lo da si antes no lo recibió -o sea, al final, es un amor condicionado-.
Yo vivo en mi mundo lindo, en el que doy mi amor sin buscar recibirlo de vuelta, porque me encanta darlo, porque me encanta el amor y la gente que sonríe al recibirlo, porque me encanta la explosión que genera el amor en la vida, en las personas y en las sensaciones. Planeo aferrarme siempre a este mundo que, aunque muchas veces parece desmoronarse, me sigue acogiendo , permitiéndome dar sin límites y recibir con amor lo que venga.

miércoles, diciembre 9

Seguir el camino de las nubes.

martes, diciembre 8

-"Creo que me extrañaste un poquito"
-"¡¿UN POQUITO?!"

Y otro beso...

instrucciones para volar en una nube

Papá siempre recuerda el día en que le dije que quería volar en una nube y pone esos ojos tristes, de niño indefenso, que pone cada vez que siente que ha cometido un error: me dijo que no se podía volar en las nubes. Hay algo que papá no sabe o todavía no notó, con su ejemplo y con su vida, no sólo me enseñó a volar en las nubes, me enseñó que, si quiero, yo misma puedo ser una nube, que soy libre y puedo ser lo que quiera. Todos los días, sin saberlo del todo, papá me enseña a ser un poco más libre y a valorar mi libertad, a vivirla, mientras él me ayuda a protegerla. 
Gracias, pa, por decirme que no puedo volar en una nube, pero enseñarme a ser una siempre.

lunes, diciembre 7


acción

En el teatro, como en la vida, nos servimos de un cuerpo prestado para vivir, para experimentar y para aprender. En el teatro, puedo ser quien quiero y aprender de ese ser que, por un tiempo, soy; en la vida, decido también ser quien quiero y aprender de este ser que soy. En el teatro, construyo un personaje que tiene una historia detrás, algunos recuerdos que no quiere olvidar y cosas que quiere lograr después, pero solo tengo permitido vivir su ahora, sus pocos instantes, su actualidad, como si fuera eterna, a pesar de ser efímera, entonces, mi tarea en la vida es retarme a vivir como en el teatro, cada instante como si fuera eterno, a pesar de ser solo eso: un instante, mi tarea es aprender de cada uno de esos instantes irrepetibles y vivirlos, disfrutarlos, mi tarea es permitirme ser el personaje que he decidido ser. Entonces, mi tarea es no pretender ser alguien más, sino, como en el teatro, permitirle a un ser vivir a través de mi cuerpo -o el cuerpo prestado en el que existo- solo que, en la vida, ese ser soy yo.

cosas que no debo decir

Hoy quisiera contarte sobre mis planes, me gustaría escuchar tu voz, por una noche, me gustaría dejar de lado tu distancia y solo ser. Hoy quisiera que tú me cuentes sobre tus planes, que quieras escucharme y olvides tu distancia para ser. Hoy quisiera deshacerme en tu abrazo o caminar juntos de la mano, quisiera volver a escuchar tu risa y verte feliz, la verdad es que hoy quisiera uno de esos momentos que se sienten eternos, que abarcan todo y me hacen sonreír sin parar. Hoy quiero tu risa y tu abrazo, tus ojos dulces mirándome, que me cuentes sobre ti mientras comemos, que me hagas cosquillas, que dejes la seriedad y disfrutemos tu locura, hoy quiero instantes de libertad, hablar contigo hasta dormirme y no tener que soñar, preguntarte tonterías y reír con tus respuestas, sonreír por ti y contagiarte mi sonrisa, hoy quiero actualidad, hoy quiero un ahora que no esté restringido por un mañana -los mañanas siempre son inciertos-, hoy quiero olvidar el miedo y volver a jugar, aunque sea por un rato, a ser juntos.
Hoy me permito la debilidad de extrañarte: te extraño, extraño favorito.
En la vida, mi primer y más importante deseo siempre fue dejarme ser y hoy puedo decir feliz que me lo cumplí, que, con mis miedos, mi locura y mis ganas de cumplirme todos mis deseos, me dejo ser siempre, me permito vivir y no me juzgo, me dejo ser quien soy y acepto las consecuencias de serlo, me dejo ser quien soy y disfruto siempre todo lo que me da permitirme ser.
En la vida, espero siempre dejarme ser, cuando me pierda, saber encontrarme y siempre dejar ser a los demás, invitarlos a ser conmigo y disfrutar siendo.

Pido por una vida en la que volvamos a ser juntos aunque sea por un rato y celebro esta vida que nos ha dejado ser juntos unas cuantas veces. 

viernes, diciembre 4

En nuestros momentos contados, tu dulzura y entrega me regalaron la sensación de eternidad y tu risa le dio cobijo a mi sonrisa. 
En nuestros miedos y sueños, tu fuerza me regaló paz y tus ojos me dieron siempre calma. 
En tu entrega, encuentro mi libertad y en tus besos, a mi más dulce debilidad.
En mi libertad, quiero siempre darte paz y permitirte flotar.
Siempre que la vida nos encuentre, quiero que sepamos disfrutar.

jueves, diciembre 3

quiero

Que la vida nunca nos quite la libertad de ser, de volver a creer y disfrutar
Que siempre dejemos a la magia ser
Que nunca nos falten los ojos sonrientes 
Y que siempre nos regalemos libertad.

Que los recuerdos siempre sean lugares cómodos a los que volver
Que nuestras risas se oigan fuerte 
Que siempre querramos crear recuerdos nuevos
Y que nunca olvidemos nuestra luz.

Que la vida nos alcance y siempre nos encuentre dispuestos a vivir.

martes, noviembre 24

"¿Y si no vamos a comer?"

Y eso bastó.

la vida pasa

La luna sigue andando al compás de mis pasos, de los tímidos y los locos
Las manecillas del reloj de la cocina de mi abuelo no han dejado de girar 
El peral de mi casa sigue derramando sus hojas sobre el patio 
Mi gato sigue ronroneando cuando duerme a mi lado 
Y todavía bailo para aliviar el dolor
Pero la luz de mis ojos ya no está, se fue.

La luna ya está llena y es protagonista de esta noche
Mi abuelo ya tiene 88 
Su café ya está dando frutos de nuevo 
Mi gato ya necesita un baño
Y todavía bailo para aliviar el dolor
Pero la luz de mis ojos aún no está, todavía no volvió. 

martes, noviembre 17

Estrellas fugaces

Esta noche cierro los ojos y deseo que sepamos recuperar la alegría, que no olvidemos sonreír y que dejemos que lo bueno llegue. Esta noche les pido una tregua a la ansiedad, al miedo y al dolor y les pido que nos dejen ser. Esta noche me invento todas las estrellas fugaces necesarias para hacer la alegría realidad y rezo todos los conjuros que aparezcan la tranquilidad. Esta noche abrazo mi luz y recuerdo que soy, que sonrío y que disfruto. Esta noche espero que tu luz te tenga en paz y te dé ganas de seguir siendo. Esta noche decido olvidarme de complejizar y desenredo todos los nudos para volver a disfrutar. 
Esta noche me duermo sonriendo y sueño con nuestra paz.

jueves, noviembre 12

Ricardo

Cada vez me cuesta más escuchar tu voz en mis recuerdos, aunque siempre te veo en ellos jugando a las cartas con mi abuela. Ahora siento que son pocas las veces que te dije cuánto te quiero, porque cada vez veo más lejana la luz de tus ojos. Quisiera que vuelvas a contarme de cuando llevaste a mi papá a pescar o sonrías recordando cuando me cargabas. No siempre supe entenderte y alguna vez me hiciste sentir decepcionada, pero siempre, de alguna forma, quise ser como tú, te admiro y cobijo nuestros recuerdos como tesoros que me dejaste esconder. Tengo ganas de ir a verte y que vuelvas a ser el de antes, que haya vuelto tu bigote, estés usando tu chompa verde mientras ves Bonanza y me invites a tomar lonche juntos. Quiero escucharte peleando con mi abuela mientras sonríes a escondidas, quiero verte conversando con tus amigos del barrio o yendo a comprar tu periódico, quiero encontrarte comprando pan o tomando sol con tu sombrero. Así podré tenerte siempre intacto en mis recuerdos y olvidar mi miedo a recordarte distinto o a olvidar tu voz y tu sonrisa. Así podré ser cobarde y guardarte como quiero que vivas y no como vives hoy, así podré verte sonreír de nuevo y escuchar tu risa y sentir tu abrazo. 
Te quiero, siempre te voy a querer.

miércoles, noviembre 11

Hoy quisiera que me extrañes como yo te extraño.

Callar

Hoy necesito tu abrazo
Necesito dormirme en tu abrazo y despertar sintiendo tus labios. 
Hoy necesito tu fuerza
Necesito aprender a ser fuerte como tú.
Hoy necesito olvidar
Necesito olvidar el mundo que gira a mi alrededor y concentrarme en tus ojos.
Hoy necesito tu calma 
Necesito hundirme en tu olor y flotar para calmarme, para sentirme en paz.
Hoy necesito tu voz 
Necesito ya no callar y abrazarte fuerte para no soltarte más. 
Hoy te necesito 
Necesito una tregua de tu distancia
Te necesito a ti.

lunes, noviembre 9

Talvez el amor es ese momento en el que cierras los ojos y sigues viendo los suyos o talvez el amor es decidir ver sus ojos y perder el mundo que sigue girando a tu alrededor. Talvez el amor es desarmarte en sus brazos o que se deshaga en los tuyos. Talvez el amor es cuando tomar su mano detiene el pánico o cuando su abrazo borra el temor. Talvez el amor es esa sonrisa de la mañana o talvez es la sonrisa antes de dormir. Talvez el amor es acurrucarte en su olor o tu cuerpo contra el suyo haciéndose uno. Talvez el amor es lo cálido de su voz o el silencio que comparten. Talvez el amor es tomar su mano cuando duerme o tu compañía cuando ya no te reconoce. Talvez el amor es ese beso que ya no puede sentir o es oír juntos una canción. Talvez el amor es sonreír al recordar o tratar de no olvidar. Talvez el amor es la sonrisa del que ya olvidó, pero aún siente o cerrar los ojos en su abrazo. Talvez el amor no es más que eso: un instante.

domingo, noviembre 8

De vez en cuando, sucede. Una vez cada tanto, das vuelta a la esquina y encuentras lo que tanto esperabas encontrar. Casi siempre das vueltas a la misma calle sin una nueva esquina que te dé lo que buscabas, pero, en ese momento precioso en el que la esquina te da la magia, lo demás deja de importar y todas las vueltas que ya diste empiezan a tener sentido.
Vivir esos momentos en los que las esquinas se convierten en encuentros.

m a g i a

El truco está en encontrar las curvas de las esquinas
En buscar las llaves de esas puertas
En no olvidar tus alas
En que la lluvia te moje
En sonreír mostrando los dientes 
En los ojos locos
En los ojos que sonríen 
En nadar bajo las olas y flotar sobre la sal
El truco está en disfrutar
En no parar de reír 
Y no perder las ganas locas de sentir. 

viernes, noviembre 6

Volver a flotar sin despegar los pies del suelo
Volver a flotar girando en un abrazo 
Volver a flotar cerrando los ojos en un beso
Volver a flotar.
Tomar tu mano para que no te hundas
Tomar tu mano para no hundirme
Tomar tu mano para acompañarte
Tomar tu mano para que me acompañes 
Tomar tu mano.
Flotar y dejar que los besos exploten en estrellas
Flotar y sentir el ritmo del mar en tus pupilas 
Flotar y olvidar la arena que cae en los relojes
Flotar y dejar de soñar, porque es real
Flotar. 

martes, noviembre 3

A veces, te imagino a mi lado, mirándome a los ojos, en silencio, cobijando mi mano en la tuya. Otras veces, me invento tu voz y te oigo cantando. Algunas otras, te imagino dándome un beso en la frente y diciéndome que todo va a estar bien. Casi siempre, pienso en lo lindo que sería verte cosiendo. Siempre te pienso y me invento historias para unir los retazos que conozco. Todos los días tengo ganas de encontrarte en algún recuerdo y hoy quisiera haberte conocido y tenerte cerca para sentir tu calma, abuela. 

miércoles, octubre 28

Esta insensatez de vivir, sin saberlo, esperando una señal para seguir, para permanecer. Estas ganas locas de estar. Esta terquedad de creer. Esta debilidad por lo que no tengo. Esta locura de ser. 

Gravedad



Una fuerza gravitacional que me lleva hacia ti, que te busca y nos encuentra, que siempre nos encuentra...

Extrañar

Este vicio de extrañarte cuando aún pareces estar, este miedo a extrañarte como premonición de que te vas, esta locura de vivir extrañando a un extraño, estas ganas de extrañarte hasta abrazarte, este conjuro de necesidad, esta testaruda pensándote siempre, esta búsqueda de ti, este estado de nulidad, de desencuentro, de silencio. Extrañarte como el impulso de mi llanto, extrañarte en cada punzada en mi espalda, extrañarte al cerrar los ojos y verte intacto en mis recuerdos, extrañarte como si alguna vez fuera a volver a encontrarte, extrañarte hasta que el miedo me consume, extrañarte con estas entrañas que buscan escapar y fallar, una vez más, fallar. Extrañarte como si tú también lo hicieras, extrañar tus labios y tu abrazo, extrañar tus ojos y tu mano con la mía, dándome una paz que parece real, extrañarte. Extrañarte y terminar extrañándome.
Pierdo la fe en mí cada vez que espero encontrarme en alguien más. Recupero mis ganas y mi esperanza cuando quiero encontrarme en mí, en el único lugar en el que estoy. Mientras no me encuentre, no me sirve buscar en alguien más; mientras no me encuentre, terminaré perdiéndome en un otro; mientras no me encuentre, no he de parar de buscarme. 
A veces, me pierdo, olvido la dirección y busco encontrarme en alguien donde no estoy, a veces, olvido que no le pertenezco a nadie más que a mí -si es que me pertenezco- y quiero contención y soluciones que no son las mías. Hoy, recuerdo que me encontré y, en ese momento, le permití aparecer a alguien con quien disfrutarme, con quien compartir. Hoy, talvez, me perdí un poco de nuevo y vuelvo a mi búsqueda hasta terminar de encontrarme. Hoy, espero no perderme nunca más, porque me gusta tenerme, enfrentarme, mirarme y ser. Hoy sé que, efectivamente, me encontré y, en ese encuentro, recordé lo segura que estoy de lo que quiero, de lo que me gusta y de lo que soy. Hoy, me tengo y sé que caí, que no sé si vaya a levantarme, pero que viví, que me di lo que quería darme y que estoy para mí, que, no importa cuántas veces me equivoque, soy y que no busco a los demás para encontrarme, que los encuentro, sin buscarlos, para disfrutar, para vivir.

deseos

Caminar en canciones
Llorar sobre el mar
Nadar entre nubes 
Y acostarme en tus labios 
Para despertar en tu sonrisa. 

Arroparme en tus ojos
Soñar en la arena 
Bailar con la luna 
Y acostarme en tus labios 
Para despertar en tu sonrisa.

Y despertar en tu sonrisa
Para abrazarme a tus latidos. 

jueves, octubre 22

quiero

No me siento bonita casi nunca, suelo escudarme en creerme inteligente, a veces, intento ser graciosa, me gusta creer que estoy loca y que ese sea mi trampolín para atreverme, comer es de las cosas que más hago, por disfrute o por ansiedad, a mi pierna derecha le gusta temblar cuando estoy ansiosa -casi siempre-, casi nunca me sudan las manos, soy llorona y bailarina, me gusta cantar, aunque lo hago pésimo, no me gustan las despedidas, pero amo los reencuentros como amo los abrazos y los besos en la frente. Con él, todo eso pierde importancia, porque puedo ser, porque me gusta ser, porque soy. 
A veces, quisiera que a él le suceda lo mismo conmigo, que sienta que yo le doy la libertad de ser, que sienta que todo es más fácil, que lo demás deja de importar, quisiera tener, en él, el impacto que él tiene en mí, luego, recuerdo que, no importa si no soy yo, quiero que le suceda eso con alguien, que alguien le cambie así los días, la sonrisa y las ganas, que alguien lo mueva como él me mueve a mí, que alguien lo inspire y le dé fortaleza, que alguien lo ayude a vencer sus miedos como él, sin saberlo, me ayuda a mí.
Otras veces, quisiera ya no callarme y volver a ser, volver a decir, volver a perder el miedo, pero aún no puedo.
Todas las veces, quiero que sea libre y feliz.

domingo, octubre 18

Recuerdos

La idea de él. La sensación de vacío en mi panza. Mi reflejo de ojos brillosos. Sentir mis manos húmedas. La luz del ascensor. El sonido de la puerta. Los primeros pasos. Regresarme. Dudar. Mirarlas y pedirles volver. Decidirme. Por fin, volver a verlo. Encontrar sus ojos. Los pasos hasta él. Ese abrazo. Sentir su olor. La sensación de estar segura. Mi miedo a besarlo. Encontrar sus ojos emocionados. No querer soltarlo. Colgarme de su brazo. Caminar a su lado. Sonreír como tonta. Oír su voz. Reír. Una vez más, no querer soltarlo. Ver sus ojos. Suspirar. Acurrucarme en su pecho. Mirarnos a los ojos. Un nuevo primer beso. Sentirme plena. Robarle otro beso. Un abrazo más. Tomar su mano mientras comía. Darle besitos. Besarnos. Acariciar su pelo. Colgarme de su cuello. Su olor. Sentir la lluvia sobre nosotros. Tomarnos de las manos. Su hombro. Sus besos. De nuevo, no querer  soltarlo. Otro beso. Suspirar.
Mis lágrimas. Su voz. Sus ojos. Los míos. Mi intento de ser distante. Su olor. Un beso. Aferrarme a él. Dejar que tome mi mano. La puerta. El ascensor. Su abrazo. Sus besos. La calle. Otra vez, mis lágrimas. Caminar de la mano. Reír. Un beso. Otro. El silencio. Apretar su mano. Su hombro. Maldita sea, mis lágrimas. Un beso. El frío. El tren. La ventana. Otra vez, su hombro y mis lágrimas. Nuestras manos. Su voz susurrándome. De nuevo, no querer soltarlo. "Vamos a estar bien". Odiar soltarlo. Un nuevo último beso. Sonreír. Contener mi llanto. Sonreír a través de la ventana. Sus ojos. 

Mi problema

Mi problema es no poder dejarme estar con algo que me hace menos bien que algo que ya viví por miedo o por comodidad, mi problema es ya no conformarme con lo seguro, porque sé que hay algo que puede llenarme más. Mi problema es que sé que no quiero vivir con miedo a permitirme las opciones que me hacen más feliz.

sábado, octubre 17

Al final, no aprendimos nada.

Dejar volar.

Hay un niño que despertaba todos los días muy temprano, tomaba su mochila, ponía un frasquito en ella y salía a caminar por la ciudad. Cuando encontraba alguna pluma, la metía en el frasquito y su sonrisa se iluminaba, sus ojos parecían brillar un poco más y sus pasos se volvían más seguros y más ligeros, más tranquilos. Si encontraba alguna otra, también la metía en el frasquito y no podía evitar empezar a cantar, mientras sus pasos se volvían aún más ligeros. Si a estas dos se sumaba una tercera, le era inevitable sentir que la ligereza de sus pasos lo elevaba un poco del suelo y que ya empezaba a volar. En esos días de suerte, que lo dejaban llevar 3 plumas a casa, corría feliz hasta encontrar su puerta y tocarla apresurado "¡mamá, encontré más!". Le daba un beso a mamá y, sin quitarse la mochila, corría hacia el patio. En el patio lo esperaba ella, que parecía siempre feliz al verlo, hasta pensábamos que compartía su emoción. Se miraban por un rato hasta que ella rompía el silencio con alguna carcajada y él decidía contarle sobre sus hallazgos del día mientras sacaba con cuidado su frasquito. Se acercaba a ella con dulzura y abría el frasquito para sacar las plumas con cuidado y ponérselas de a poquitos. Ella se quejaba un poco, pero luego parecía sonreír. 
Un día, el niño despertó y fue a verla antes de salir "hoy consigo la que falta, lo prometo". Se despidió de mamá con un beso y salió antes de que el sol terminara de despertar. Esta vez, no fue necesario caminar mucho, la pluma estaba ahí, tan cerca de casa y tan hermosa, brillante y azul. Se acercó con pasos cuidadosos, abrió el frasquito y, por última vez, metió una pluma en él. Decidió caminar a casa cantando y, cuando llegó, espero a que mamá abriera la puerta sin gritar desde afuera, solo tocó. Abrazó a mamá conteniendo su emoción y fue hacia el patio, donde, como siempre, ella lo esperaba. Sacó el frasquito con muchísimo cuidado y le enseñó la pluma antes de ponérsela con mucha tranquilidad. Se alejó un poco de ella y las lágrimas empezaron a caer: su cacatúa, por fin, tenía el ala derecha completa. "Ya puedes volar, Galatea" dijo sonriendo y la vio extender sus alas con emoción. Galatea tardó un poco en alzar vuelo, pero, en cuanto lo hizo, voló alto, se detuvo un momento en el aire, miró al niño y así, sin despedidas, se alejó. 
Hoy, ese niño aún espera que el ala que le dio a Galatea le permita volar de regreso a su patio, a reír con él. Ahora, el frasquito está vacío sobre una mesa que él usa para dibujar plumas todos los días y los pasos que da ya no lo hacen sentir que vuela, piensa, cada vez más, que está atado al suelo.

lunes, octubre 12

Que te tomen de la mano para mantenerte a flote, no para hundirte. 
Que decidan acompañarte, no cambiarte.
Que quieran aprender contigo y de ti.
Y que vivan contigo para que vivas más fácil, no para evitarte vivir.

viernes, octubre 9

Amar es la forma más bonita de dejar ser.

martes, octubre 6

Nunca pude.

viernes, octubre 2

Necesito un reloj distinto, un reloj que empuje el tiempo hacia donde quiero llegar, un reloj que alargue mis horas contigo y acorte los días sin ti, un reloj que atrape el tiempo y me lo dé para disfrutarlo contigo. Necesito un reloj.
Ella quería cuidarlo siempre, sanar sus heridas y evitarle el dolor. Nadie le avisó que el dolor es parte del aprendizaje, ni que, sin importar cuánto quería cuidarlo, algo siempre lo iba a tocar, se olvidaron de decirle que las heridas sanaban, pero que iban a dejar cicatrices. Aunque no lo sabía, lo aprendió y, aún así, decidió intentar cuidarlo y besar sus cicatrices, acompañarlo cuando apareciera el dolor, porque quería estar, porque no quería dejarlo nunca sentirse solo.

miércoles, septiembre 30

Verdades

Me encanta su olor.
Suelo remolonear cuando despierto y antes de dormir.
El café es de las pocas cosas que me vienen bien en cualquier momento.
Su mano tomando la mía es otra de esas cosas.
He vuelto a tener miedos.
De vez en cuando, me pongo bastante torpe.
Me encantan los abrazos, más sin son los suyos.
Cuando camino sola, la música borra todo lo demás.
Cuando estoy triste, no puedo cocinar.
Siempre creo en soñar.
Quisiera estar recostada en su pecho ahora.
Quisiera perder mis miedos de nuevo.
Quisiera cumplirle todos los sueños.
Me gusta la lluvia fuerte que empapa.
Me gusta el olor que deja en la tierra cuando amanece.
Me gustan los charcos y los niños que chapotean en ellos.
Me gusta la palabra 'chapotear'.
Algunas palabras me gustan porque sí.
Sé que no es fácil creer.
Sé que, muchas veces, los miedos son más fuertes.
Sé de la fuerza que te da creer.
Soy tímida.
Me dan miedo las arañas y las películas de terror.
Me da miedo la decepción.
Soy intermitente con casi todos.
Con él, no sé ser intermitente.
Creo en el amor de mis abuelos.
Me hubiera encantado conocer a mi abuela Clemencia.
No quiero que mi opa se vaya pronto.
No me gustan las aceitunas, ni las despedidas.
Me gustan las miradas de reencuentro.
Me enamoran los ojos dulces, que sonríen.
Cuando estoy triste, me gusta llorar.
Creo que llorar es bueno y la lluvia también.
Me gusta la gente consecuente.
Tengo muy buena memoria y recuerdo olores con facilidad.
A veces, siento que se me va a salir el corazón.
Luego, lloro y la emoción se deja estar.
Lo extraño.
Siempre me hace tanto bien. 
Todo nos hace aprender.
Tengo un papá que no sabe consolarme.
Tengo un papá que teme que sufra y siempre está.
Tengo un papá que siempre está dispuesto a ayudarme a concretar mis sueños.
Mi mamá es amor.
Es el amor más grande.
Tengo una hermana que siempre cree en mí.
Ella cree en mí más de lo que yo.
Tengo una hermana que vuelve mi corazón más grande.
Me gusta vivir.
Me gusta más la vida cuando es con él.

~te quiero a mi lado y quiero tener mi mano en la tuya mientras me das un beso~

Siempre vuelvo a mi primer vicio, a mi capullo, al escape seguro que es escribir. Siempre se me hizo fácil dejarme ir en las letras, botar mi corazón y mi cabeza acá, sin detenerme a pensar, solo a dejar ir. Hoy, hay cosas que aprendí a callar y ya no saben salir, no encuentran escape, se quedan conmigo y me construyen de nuevo, me arman a su forma, me detienen o me empujan, pero siempre están. Todo eso que guardo es mío, lo bueno y también lo malo, la fuerza y el miedo, todo me pertenece, yo dejé de pertenecerles. Hoy, de nuevo, soy dueña de mí, de lo que guardo y de lo que dejo ir. Así puedo vivir, dejar que la vida pase y lo que tiene que llegar, llegue. Hoy, hay sueños que todavía quiero perseguir y alimento mi fuerza para alcanzarlos, hoy volví a encontrarme conmigo, con mi fuerza y mi fe en que todo llega. Hoy, de nuevo, vuelvo a ser yo.

miércoles, septiembre 9

Ficciones

Desperté acompañada de la lluvia que me recordaba que estaba lejos, lejos de la que él había llamado mi casa, nuestra casa...desperté cobijada, sí, pero sintiéndome más desprotegida que nunca, sola, como nunca lo había estado. 
En las tardes de eternos veranos en Río, no hacíamos más que prender el ventilador y cantar cualquier canción que hubiéramos hecho nuestra -que, como es siempre, eran casi todas las canciones de amor que conocíamos-, ya por la noche le leía algo de lo que había escrito la noche anterior mientras él dormía -el insomnio terminó siendo más fiel compañero que él. Y fingía que me escuchaba atento, sonreía por momentos y asentía, como quien dice "me gusta esta parte", pero podía ver en sus ojos -siempre tan sinceros, tan transparentes a los míos- que no estaba conmigo, había algo más, siempre, que desviaba su atención, que lo mantenía pensativo, empiezo a pensar que nunca le importó lo que escribiera, era solo una regla más del juego que era nuestra convivencia -igual, me hubiera encantado quedarme a vivir en ese momento. De pronto, parecía que despertaba de sus pensamientos y me abrazaba fuerte, como disculpándose, como despidiéndose y me pedía que fuéramos a la cama, parecía cansado, tranquilo, dejaba que se quedara dormido y saludaba a mi amigo, a mi momento conmigo, al insomnio...
Sí, era una rutina, pero cómo me había enamorado de esa rutina, porque era nuestra.

jueves, septiembre 3

Quisiera, por una vez, depender de un miedo que sea mío.

miércoles, septiembre 2

Me hace falta tu fuerza, tu tranquilidad, tus labios decididos a encontrar los míos,  tus manos que me atrapan y me hacen sentir en paz, mis dedos jugando entre tu pelo, tu olor haciéndome soñar, tus brazos abrazándome fuerte y haciéndome sentir segura en tu pecho, tus ojos dulces mirándome siempre sinceros, siempre logrando que me pierda en ellos, me faltas tú, con todo lo que haces en mí, con tu sonrisa que contagia a la mía, con tus manos tomando las mías, me faltas tú haciéndome reír y dejándome ser yo, invitándome a ser yo siendo tú. Me faltas tú y lo libres que somos juntos, me faltas tú.

jueves, agosto 27

escapar

Escapa hasta que te des contra la pared que te hace volver a ti, chocarte con quién eres, verte y volver a enfrentarte. Escapa hasta que el miedo sea tan grande que te paralice y atrape. Escapa hasta que escapar deje de parecer una respuesta. Escapa.

viernes, julio 31

Escapar en su sonrisa para permanecer.

viernes, julio 17

a medias

Cualquier historia que conozcas por retazos le debe algo a quienes la vivieron, pero les guarda algo que solo queda en ellos, en los recuerdos, en los ojos repletos de lágrimas, en ese abrazo fuerte de despedida o de reencuentro, en lo que dijeron y en lo que se guardaron, en la magia que los unió y, en algún momento, se desvaneció, pero, sobre todo, en las sonrisas que se regalaron.

miércoles, julio 15

Él es el lugar al que siempre quiero volver, en el que siempre quiero estar.

lunes, julio 13

Lo importante es hoy.

sábado, junio 20

Hay un sueño que me persigue, que aparece cada cierto tiempo con ganas de ser cumplido, que se siente bonito mientras dura y luego, cuando desaparece, duele. Hoy, ese sueño parece ser menos irreal y me hace sonreír seguido, hoy, mis sueños vuelven a aparecer.

lunes, junio 15

Quién sabe si persiguen los mismos sueños, si mañana sus manos seguirán entrelazadas o si volverá a despertar atrapada entre sus brazos, pero qué rica es la vida ahora para ambos.

domingo, junio 14

No era un secreto para ninguno de los dos que iban a volver a encontrarse, que la magia los volvería a unir y que, una vez más, iban a regalarse sonrisas. Hoy, la vida los hizo uno de nuevo, les permite mirarse a los ojos y dejarse estar en otro momento, en otro lugar por el instante en el que su mirada se concentra en la del otro. Sus ojos brillan como solo brillan los ojos de quienes saben que el momento más bonito es este y que no hay lugar como al lado del otro. Hoy ellos han vuelto a vivir.

viernes, mayo 15

Me escudo en tu recuerdo para existir, finjo estar atrapada en tu fantasma para protegerme y vivo así, con mi amor como barrera y como trampolín. 

jueves, abril 2

Desde niña, yo supe sentir, talvez nací con ese don y entendí que sentir era la forma en la que yo elegía vivir, que mi relación con el mundo se basaba en sentir. Sentir me llevó a tocar fondo, a irme de bruces contra la pared muchas veces, pero también me ha hecho disfrutar la vida como solo lo hacemos quienes nos atrevemos a sentir y vivir en base a eso. Si estoy equivocada, me importa poco: sintiendo disfruto caer y disfruto estar, disfruto levantarme y limpiar el polvo de mis rodillas. A cada quien le funciona lo que tiene que funcionarle para vivir y a mí me funciona sentir y, como es normal, a veces siento miedo de sentir y de caer, pero estoy segura de que prefiero volver a caer que no sentir, porque, para mí, sentir es vivir.

domingo, marzo 1

aeropuertos

Dos hombres aprietan fuerte sus ramos de rosas rojas, uno se alza en las puntas de sus pies y espía a quienes llegan, el otro está sentado, no deja de mover su rodilla derecha con rapidez, con ansiedad. Ninguno se ha visto, no se reconocen como parte de un grupo, no conocen sus rostros, ni sus motivos, no son conscientes de la existencia del otro, pero ambos esperan, ambos ansían la llegada de alguien. Aparece una monja que mira con atención al hombre sentado a mi lado, como si algo en él la llamara a hacerse preguntas, él no la mira, ni siquiera la nota, está concentrado en algo más, su mirada está perdida, piensa en alguien más importante que la multitud que lo acompaña aquí, sueña con algo aún más grande o talvez sólo piensa en si comprar una Coca o un café. Una señora parada delante de mí tiene un globo con forma de Mickey Mouse y un polo que dice "lo lograste, campeón", ha llegado su nieto y tiene los brazos abiertos listos para encontrar el cuello de su abuela, se les ve felices y eso me hace sonreír mientras no dejo de ver a los hombres con los ramos de rosas, la monja se me ha unido y ambas observamos al que está sentado: un señor mayor, de cabello blanco, muy bien peinado y con un saco a cuadros; la monja me abandona, llegaron sus amigas (otras monjas sonrientes). Fito está en mis oídos y mis ojos siguen sobre Tolomeo, a quien acabo de bautizar así, porque parece un nombre que le iría bien, su mirada sigue puesta en la puerta de la que salen todos, menos quien él espera, pero eso no lo desanima, parece emocionarlo más, como un niño que observa con emoción las últimas curvas que lo separan de su destino después de un largo viaje, parece pensar que cada persona es una menos de las que faltan para que por fin pueda dar ese abrazo que se nota que tanto espera.