jueves, septiembre 4

cuesta abajo

Estoy siempre pensando que vivo lo real, que disfruto todo lo que puedo, que no espero nada, que vivo el hoy y no me enojo, no sufro, aprendo de todo y disfruto, sobre todo, disfruto. Como vivo con esa idea, me creo capaz de decirle a la gente qué hacer y cómo hacer, pero la verdad es que no sé nada, que sufro bastante seguido, hay mucho que quiero, mucho que espero, un montón que añoro y tanto, pero TANTO, que siempre extraño, que tantas veces necesito y ya no tengo, ya no está. Talvez sería más fácil estar hoy si las decisiones fueran mías, si me animara a mantener o a sacar a la gente de mi vida yo sola, sin que ellas se encarguen de hacerlo, pero soy débil, no tengo nada resuelto, me dedico a sentir y tiendo a imaginar que con eso basta, que, al sentir, todo lo demás se va a acomodar para que siga sintiendo y no caiga y no tenga que ordenar nada y no tenga que aprender a tomar las riendas, pero ¿por qué? sólo me atrevería a tomar las riendas de lo mío y ¿qué es lo mío? ni siquiera yo soy mía, le pertenezco a alguien más, a algo más, que me mueve como el títere que soy, ese títere que se deja caer, que se deja golpear y no hace más que sonreír, que soñar y callar. Este títere busca amor y cree que con darlo basta, que es suficiente para sentirlo, pero hace falta algo más, supongo, siempre falta algo más. 

miércoles, agosto 27

Voy armando a una mujer por retazos, queriéndola como si tuviera que hacerlo, pero con la dicha de hacerlo porque quiero. La conozco de a pedacitos, por historias que me cuentan, otras que oigo por curiosa y algunas otras que me invento. Concuerdan sobre su elegancia, su sobriedad y su carácter serio, su coherencia estricta con aquello que defendía y eso que repudiaba y hasta me atrevo a sentir que nos parecemos, como si la sangre tuviera en ella algo de carácter, como si el sólo hecho de que sea mi abuela hubiera transmitido eso a mi vida, oigo fascinada el amor con el que arropaba a cada uno de sus hijos por las noches, con la oscuridad como cómplice, enfundaba sus pequeños pies entre frazadas "el resfrío entra por aquí", oigo, además, lo severa que era para reprenderlos a punta de correazos que obedecían a cuántas veces se habían portado mal en el mes y es que "la vieja no olvidaba ni una", sé de su decisión por que su hijo viviera cuando ya todos lo despedían, creyéndolo desahuciado. Me río al oír las bromas pesadas que le hacía mi abuelo y temo al imaginar lo molesta que se pondría. A esta mujer no la conocí, la he visto en algunas fotos y papá quiere pensar que algo en mí se parece a ella, tiene una esencia de quién fue, yo no lo creo, ella era una mujer sinigual, pero, sobre todo, era mi abuela y nunca pudo tomar mi mano, rezar por mí o reprenderme por no rezar ni por ella, ni con ella, yo nunca pude abrazarla, verla bordar o escucharla cantar, aunque me hubiera bastado con saludarla. Te quiero, abuela, aunque no te conozca, te quiero.

jueves, agosto 21

hola, realidad

Ya se ha cansado de buscar, de pensar siempre en cuándo llegará, se ha cansado de andar buscando esos ojos capaces de devolverle la mirada, de contenerla. "Ya no más" repite desde ayer y siente que ha llegado el momento de encontrarse, de olvidar buscar que alguien más la defina, ya no quiere más tiempo, más pausas, sólo quiere jugar a ser quién es, deshacerse de su fuerte, de la máscara que hasta ayer la acompañó, la protegió de mostrarse tal cual es. Hoy ella es quién sólo ella y él sabían que era, desde hoy, ella es real.

martes, julio 15

Ya no hace falta decir nada cuando son tus ojos los que me atrapan, sé que ya me entendieron, que me leen como a su libro preferido, sin problemas y con la seguridad de que soy suya. 
Son tus ojos, en los míos, los que me permiten cerrarlos y dejarme ir, es tu magia la que me lleva a través del sueño y es tu voz la que me dice que, por fin, todo es real.