miércoles, septiembre 30

Verdades

Me encanta su olor.
Suelo remolonear cuando despierto y antes de dormir.
El café es de las pocas cosas que me vienen bien en cualquier momento.
Su mano tomando la mía es otra de esas cosas.
He vuelto a tener miedos.
De vez en cuando, me pongo bastante torpe.
Me encantan los abrazos, más sin son los suyos.
Cuando camino sola, la música borra todo lo demás.
Cuando estoy triste, no puedo cocinar.
Siempre creo en soñar.
Quisiera estar recostada en su pecho ahora.
Quisiera perder mis miedos de nuevo.
Quisiera cumplirle todos los sueños.
Me gusta la lluvia fuerte que empapa.
Me gusta el olor que deja en la tierra cuando amanece.
Me gustan los charcos y los niños que chapotean en ellos.
Me gusta la palabra 'chapotear'.
Algunas palabras me gustan porque sí.
Sé que no es fácil creer.
Sé que, muchas veces, los miedos son más fuertes.
Sé de la fuerza que te da creer.
Soy tímida.
Me dan miedo las arañas y las películas de terror.
Me da miedo la decepción.
Soy intermitente con casi todos.
Con él, no sé ser intermitente.
Creo en el amor de mis abuelos.
Me hubiera encantado conocer a mi abuela Clemencia.
No quiero que mi opa se vaya pronto.
No me gustan las aceitunas, ni las despedidas.
Me gustan las miradas de reencuentro.
Me enamoran los ojos dulces, que sonríen.
Cuando estoy triste, me gusta llorar.
Creo que llorar es bueno y la lluvia también.
Me gusta la gente consecuente.
Tengo muy buena memoria y recuerdo olores con facilidad.
A veces, siento que se me va a salir el corazón.
Luego, lloro y la emoción se deja estar.
Lo extraño.
Siempre me hace tanto bien. 
Todo nos hace aprender.
Tengo un papá que no sabe consolarme.
Tengo un papá que teme que sufra y siempre está.
Tengo un papá que siempre está dispuesto a ayudarme a concretar mis sueños.
Mi mamá es amor.
Es el amor más grande.
Tengo una hermana que siempre cree en mí.
Ella cree en mí más de lo que yo.
Tengo una hermana que vuelve mi corazón más grande.
Me gusta vivir.
Me gusta más la vida cuando es con él.

~te quiero a mi lado y quiero tener mi mano en la tuya mientras me das un beso~

Siempre vuelvo a mi primer vicio, a mi capullo, al escape seguro que es escribir. Siempre se me hizo fácil dejarme ir en las letras, botar mi corazón y mi cabeza acá, sin detenerme a pensar, solo a dejar ir. Hoy, hay cosas que aprendí a callar y ya no saben salir, no encuentran escape, se quedan conmigo y me construyen de nuevo, me arman a su forma, me detienen o me empujan, pero siempre están. Todo eso que guardo es mío, lo bueno y también lo malo, la fuerza y el miedo, todo me pertenece, yo dejé de pertenecerles. Hoy, de nuevo, soy dueña de mí, de lo que guardo y de lo que dejo ir. Así puedo vivir, dejar que la vida pase y lo que tiene que llegar, llegue. Hoy, hay sueños que todavía quiero perseguir y alimento mi fuerza para alcanzarlos, hoy volví a encontrarme conmigo, con mi fuerza y mi fe en que todo llega. Hoy, de nuevo, vuelvo a ser yo.

miércoles, septiembre 9

Ficciones

Desperté acompañada de la lluvia que me recordaba que estaba lejos, lejos de la que él había llamado mi casa, nuestra casa...desperté cobijada, sí, pero sintiéndome más desprotegida que nunca, sola, como nunca lo había estado. 
En las tardes de eternos veranos en Río, no hacíamos más que prender el ventilador y cantar cualquier canción que hubiéramos hecho nuestra -que, como es siempre, eran casi todas las canciones de amor que conocíamos-, ya por la noche le leía algo de lo que había escrito la noche anterior mientras él dormía -el insomnio terminó siendo más fiel compañero que él. Y fingía que me escuchaba atento, sonreía por momentos y asentía, como quien dice "me gusta esta parte", pero podía ver en sus ojos -siempre tan sinceros, tan transparentes a los míos- que no estaba conmigo, había algo más, siempre, que desviaba su atención, que lo mantenía pensativo, empiezo a pensar que nunca le importó lo que escribiera, era solo una regla más del juego que era nuestra convivencia -igual, me hubiera encantado quedarme a vivir en ese momento. De pronto, parecía que despertaba de sus pensamientos y me abrazaba fuerte, como disculpándose, como despidiéndose y me pedía que fuéramos a la cama, parecía cansado, tranquilo, dejaba que se quedara dormido y saludaba a mi amigo, a mi momento conmigo, al insomnio...
Sí, era una rutina, pero cómo me había enamorado de esa rutina, porque era nuestra.

jueves, septiembre 3

Quisiera, por una vez, depender de un miedo que sea mío.

miércoles, septiembre 2

Me hace falta tu fuerza, tu tranquilidad, tus labios decididos a encontrar los míos,  tus manos que me atrapan y me hacen sentir en paz, mis dedos jugando entre tu pelo, tu olor haciéndome soñar, tus brazos abrazándome fuerte y haciéndome sentir segura en tu pecho, tus ojos dulces mirándome siempre sinceros, siempre logrando que me pierda en ellos, me faltas tú, con todo lo que haces en mí, con tu sonrisa que contagia a la mía, con tus manos tomando las mías, me faltas tú haciéndome reír y dejándome ser yo, invitándome a ser yo siendo tú. Me faltas tú y lo libres que somos juntos, me faltas tú.