jueves, septiembre 4

cuesta abajo

Estoy siempre pensando que vivo lo real, que disfruto todo lo que puedo, que no espero nada, que vivo el hoy y no me enojo, no sufro, aprendo de todo y disfruto, sobre todo, disfruto. Como vivo con esa idea, me creo capaz de decirle a la gente qué hacer y cómo hacer, pero la verdad es que no sé nada, que sufro bastante seguido, hay mucho que quiero, mucho que espero, un montón que añoro y tanto, pero TANTO, que siempre extraño, que tantas veces necesito y ya no tengo, ya no está. Talvez sería más fácil estar hoy si las decisiones fueran mías, si me animara a mantener o a sacar a la gente de mi vida yo sola, sin que ellas se encarguen de hacerlo, pero soy débil, no tengo nada resuelto, me dedico a sentir y tiendo a imaginar que con eso basta, que, al sentir, todo lo demás se va a acomodar para que siga sintiendo y no caiga y no tenga que ordenar nada y no tenga que aprender a tomar las riendas, pero ¿por qué? sólo me atrevería a tomar las riendas de lo mío y ¿qué es lo mío? ni siquiera yo soy mía, le pertenezco a alguien más, a algo más, que me mueve como el títere que soy, ese títere que se deja caer, que se deja golpear y no hace más que sonreír, que soñar y callar. Este títere busca amor y cree que con darlo basta, que es suficiente para sentirlo, pero hace falta algo más, supongo, siempre falta algo más.