lunes, noviembre 12

Lima sigue siendo extraña para mí, a veces, me ahuyenta, otras, me enamora, me hace pensar en quedarme, en hacerme suya, poco después, me recuerda que soy solo una visita, que estoy aquí, talvez, de paso y que, si no, igual nunca seré suya, pero puede que ella sí sea mía. Al final, la dibujo como quiero, la veo con los ojos de mi antojo, la imagino, la recuerdo, la creo y la recreo, Lima es, para mí, la novedad, pero, también, la vejez, el escape. Lima es la ciudad de la que no soy, ni nunca seré, pero que, cada que quiera, será mía.

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