miércoles, septiembre 7

performance

Parada en el centro de un teatro, hoy, vacío, miro hacia arriba y a los lados y no comprendo la inmensidad y me siento pequeña, diminuta. Miro hacia arriba y encuentro a una araña inmensa y repleta de cristales, los cristales son, por supuesto, más grandes que yo. Miro hacia adelante y hay butacas vacías y una puerta en el fondo, una puerta mucho más grande que yo. Miro a los lados y los palcos vacíos me miran, me evalúan, podría decir que me juzgan y me vuelvo todavía más pequeña, lato chiquito y muy rápido. Finalmente, decido mirar hacia atrás y veo el escenario y lo siento, camino hacia él y, a cada paso, me hago un poquito más grande, menos pequeña. Por primera vez, lo piso y me convierto en inmensidad, repleto cada espacio del teatro, el teatro está lleno de mí y yo estoy llena de él. Miro hacia adelante, hacia los lados y hacia atrás y, en cada rincón, me encuentro a mí, grande, libre, inmensa, pero efímera, siempre efímera.

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