martes, diciembre 8

instrucciones para volar en una nube

Papá siempre recuerda el día en que le dije que quería volar en una nube y pone esos ojos tristes, de niño indefenso, que pone cada vez que siente que ha cometido un error: me dijo que no se podía volar en las nubes. Hay algo que papá no sabe o todavía no notó, con su ejemplo y con su vida, no sólo me enseñó a volar en las nubes, me enseñó que, si quiero, yo misma puedo ser una nube, que soy libre y puedo ser lo que quiera. Todos los días, sin saberlo del todo, papá me enseña a ser un poco más libre y a valorar mi libertad, a vivirla, mientras él me ayuda a protegerla. 
Gracias, pa, por decirme que no puedo volar en una nube, pero enseñarme a ser una siempre.

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