viernes, julio 8

recuerdoruido

De lejos, ya escucho el ruido del recuerdo, golpeando mis oídos y mi muy llorón corazón, oigo al cobrador de un bus chasqueando las monedas en su mano, los aviones que vuelan sobre esta que, dentro de poco, no será más mi casa, a mi gato, ronronear sobre mi pecho, con la naricita húmeda y los ojos entreabiertos, oigo a mi abuelo llamar a mi abuela desde el segundo piso de la casa, oigo cómo chocan los palitos de mi abuela al tejer un nuevo punto, oigo la llave de papá abriendo la puerta, oigo a mamá cantando una canción con sus niños y a la enana cantando la canción que, por un año, siempre cantó mientras se alistaba para ir a una fiesta. Escucho al recuerdo llenando mis ojos de lágrimas, oigo el timbre de la casa de mis abuelos, el zumbido del audífono de mi opa, la risa del único hermano de mamá resonando en toda la casa, oigo los quejidos de mi tía cuando se levanta después de desayunar, oigo a mi primo enrollando un papel y siento el olor del tabaco con cacao, oigo a mis sobrinos golpear sus piececitos descalzos contra el suelo mientras corren, oigo a la seño de la tienda saludándome al llegar, oigo a la cajera del supermercado sobre el sonido de la música en mis audífonos, oigo las canciones que bailaba con mis primas en Navidad, oigo la primera clase de Lingüística que me gustó, oigo mis pasos caminando mi ruta acostumbrada hasta llegar a casa, me oigo a mí hoy y sé que este ruido me hará extrañar en unos meses, pero sé, también, que, como todos mis recuerdos, estos también me van a acompañar.

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