Y, aunque sea por una noche, dormir cobijada en tu abrazo y olvidar lo bueno y, también, lo malo, sentir solo ese momento, recordar nada y percibir solo ese ahora, vivir solo ese ahora. Y, aunque sea por una noche, mirarnos a los ojos y ya no decir nada, cerrar los ojos y besarte una vez más. Y, aunque sea por una noche, solo ser.
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