domingo, junio 5

eternidá

De nada vale un para siempre si sus instantes no son eternidades. Una eternidad no está hecha de años o de siglos, una eternidad es ese momento que abarca todo, que no deja ningún espacio libre de ese momento, que llena todo el tiempo y el espacio. El para siempre más bonito es ese que, tal vez, no dura hasta la muerte, pero que, mientras dura, se siente eterno, se siente siempre, llena siempre, llena todo. Tal vez, vivimos para llenarnos de eternidades que duran dos minutos o que suceden en dos metros, pero que nos llenan por completo, tal vez, lo más sincero es nunca prometernos para siempres, sino, prometernos siempre eternidades, prometernos siempre vivir del todo, prometernos estar comprometidos con el instante que vivimos, con el instante que vivimos solos o acompañándonos. Tal vez, la forma más pura de ser eternos es siendo instantes.

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