jueves, junio 16

ser humano


Hay personas, momentos y lugares específicos que sacan el humano que somos dentro, que nos permiten liberar quién somos en el fondo. No siempre les permitimos a esas personas, esos lugares o esos momentos liberarnos, porque tememos, porque nos aferramos a nuestras máscaras, a los disfraces que decidimos llevar, porque, en el momento en el que dejamos abierta nuestra jaula, sabemos que nos volvemos vulnerables, que somos, por completo, lastimables, que, si al otro se le antoja, somos presas, entregadas y listas para ser destrozadas, creemos que nos volvemos débiles, pero olvidamos que liberarnos, abrir la jaula, nos vuelve más fuertes que nunca, porque nos hace libres, la máscara cae, el disfraz no importa más y somos solo nosotros, quienes más queremos ser, quienes más en el fondo somos. 
A veces, nos toca permitirnos la libertad, aunque sea con una persona en un lugar y momento específicos, permitirnos andar sin máscara, permitirnos sonreír o llorar sin temer, o temer sabiendo que no está mal, permitirnos libertad y sinceridad con nosotros mismos, permitirnos ser.

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