martes, junio 7

Hilos

Padma toma un ovillo, juega por un rato con él como si fuera un yo-yo y, luego, lo toma entre sus manos, lo mira, le gusta el color y empieza a ensartar la lana en los palitos que tiene en las manos. Como si siguiera el ritmo de una rara canción, mueve los palitos uniendo nuevos puntos, creando algo nuevo. Si escuchas muy atento, la oyes tarareando la canción que la inspira a seguir y, si la miras a los ojos, puedes hasta conocer la letra de la triste canción que teje hoy. Padma teje porque la canción la hace tejer y, mientras teje, teje el sueño de alguien más, que cree que sus sueños los tejió él, que son su invento y son su gloria, no sabe que Padma, entre sus dedos, controla cada punto y une o desata lo que dicte la canción, no sabe que sus sueños pueden siempre cambiar, que ni él, ni Padma pueden decidir nada, ella debe tejer y él debe soñar, se olvida de que él puede elegir ya no soñar, de que él puede escoger solo vivir -solo vivir-.

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