miércoles, junio 29

sonámbulos


Tomas la mano de alguien y, de pronto, pareces despertar, sentir todo, ver todo, vivir todo. 
Un día, sus manos se sueltan, dejan de acompañarse y no duermes, tampoco sueñas, sino que vives a medias, a medio despertar, sabes que estás andando porque ves tus pies moviéndose, pero no eres tú quien da los pasos, ves poco y no ves nada realmente, sientes poco o, tal vez, no sientes y ¿vives? 
El tiempo parece detenido, en una pausa constante, que, a veces, te angustia y, otras, te adormece aún más, quieres que el tiempo vuelva a andar, pero que ande todos los segundos que tomes esa mano en especial.
Un día, sus manos se sueltan y pareces soltar un poco la vida, pareces alejarte de la realidad y quieres, con todas tus ganas y, también, con todos tus miedos, volver a tomar su mano y, así, volver a despertar y, así, volver a vivir.

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