Claudio vende flores en el subterráneo desde que Margarita lo tomaba con su papá para ir al colegio, siempre lo saluda y él sonríe "eh, Margarita" y, cada tanto, le regala un girasol. Claudio siempre se encuentra con artistas callejeros durante el día y ha oído a tantos que ya casi ninguno lo sorprende. Hoy, Claudio ya estaba terminando su turno, porque los viernes siempre lo termina más temprano, cuando Lucas tomó su guitarra y empezó a cantar. Las letras de "Puente" empezaron a salir de la boca de Lucas y todo lo demás pareció quedar en silencio, Claudio dejó de guardar sus cosas, sacó su celular y empezó a grabar al hombre que, después de tanto tiempo, lo sorprendía con su talento. Otros acompañaron a Claudio, grabando u oyendo embelesados a Lucas, que no parecía esforzarse para cantar tan bien como lo hacía, que sonreía mirando a los ojos a cada extraño, que, por esos minutos, se conectaba con él y parecía conocerlo de siempre. Mientras la canción terminaba, llegó Margarita y saludó a Claudio, compró una docena de girasoles y, con Lucas de la mano, se fue.