martes, agosto 16

(in)somnes

Y, otra vez, un sueño.

Abre una puerta y parece buscarme, no lo sé, porque no alcanzo a ver sus ojos, pero siento en todo mi cuerpo su angustia, su casi desesperación, cierra la puerta y, solo en ese instante, puedo gritar, grito "AQUÍ ESTOY". La puerta no vuelve a abrirse, así que la abro yo y la cruzo: él ya no está y, aunque presiento que se ha ido, sigo sintiendo que está cerca. Cierro la puerta tras de mí y camino tras sus pasos, se abre otra puerta y, esta vez, sí, veo sus ojos: me busca a mí, intento gritar, hablar, siquiera susurrar, pero no puedo, es como si me buscara, pero no quisiera verme, algo nos detiene. Cierra la puerta para, después, desaparecer de nuevo y no lo oigo, no oigo sus pasos, ni la forma en que respira, no siento su olor y regresa, casi rompiendo esa última puerta, susurra, habla y, luego, grita "AQUÍ ESTOY". Yo lo oigo y sonrío: por fin, me ve, todavía no sé si creer que es él, que es su voz, que me busca tan angustiado, todavía no sé. Mientras dudo, él se aleja y el sueño se confunde, se borra, se difumina.

Despierto, en sobresalto y queriendo mirarlo.

Despierto y, otra vez, un sueño.

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