lunes, marzo 28

Historias incompletas VI

6:00 am. Sonó la alarma y despertó a Fer, que tenía que empezar a alistarse para ir a trabajar, él se acercó más a Mora y notó que seguía dormida, le dio un beso y decidió envolverse en su abrazo por un rato más. Pasaron algunos minutos y ella despertó, vio los ojos de sueño de su compañero favorito y no dudó en abrazarlo trepada sobre él, con la oscuridad que, a esa hora, todavía daba el invierno, empezó a besarlo viendo cómo, poco a poco, iba despertando, le encantaba verlo abrir los ojos y que estos sonrieran al verla, que él la bese sonriendo y empiece a aferrarse a ella, le encantaba despertar con él, segura y libre, cariñosa, siguió besándolo mientras, cada vez, estaban más juntos y conectados, él no pudo resistirlo más y dejó que lo hiciera suyo, se dejó ir en ese dulce despertar y, luego, la abrazó fuerte contra su pecho, besó su frente y le pidió que no lo soltara, ella sonrió mientras pensaba que soltarlo no estaba en sus planes, que se quedaría en ese momento para siempre, tranquila en su pecho, repleta de esa sensación de paz y libertad que solo él sabía darle. 

-¿me vas a soltar? - insistió Fer
-no, no está en mis planes

Eso lo hizo sonreír, la apretó más fuerte contra su pecho dejando que ella besara su cuello y empezó a hacerle cosquillas, porque le encantaba verla reír y moverse tratando de escapar, porque le encantaba ella. Después de reír y patalear mucho tratando de liberarse, Mora lo distrajo con un beso y salió de la cama, preparó café y una ensalada de frutas y lo mandó a bañarse, él pidió su compañía y ella se negó, porque sabía que eso solo lo haría llegar tarde al trabajo. Mientras Fer se bañaba, ella empezó a escuchar música y bailar, como siempre que hacía el desayuno cuando estaba contenta, luego empezó a revisar el capítulo que había escrito la noche anterior y se perdió en él y en el baile, de pronto, Fer apareció por detrás y la tomó por la cintura, hizo a un lado su cabello y la besó en el cuello, ella volteó, enredó sus brazos en su cuello y lo besó de nuevo. Era tan fácil para ambos quedarse en ese momento, disfrutar ese instante de alegría y paz y dejarse estar que nada más pasaba por sus mentes, solo ese momento y sus sonrisas y esos besos, pero Fer tenía que ir a trabajar y Mora los sacó del sueño, hizo que desayunara, lo besó otra vez, esperando que ese beso le alcanzara para que Fer no le hiciera tanta falta hasta que volviera del trabajo, y lo llevó hasta la puerta, odiaba verlo irse, pero le encantaba verlo voltear antes de entrar al ascensor solo para mandarle un beso. Fer la besó de nuevo y caminó hacia el ascensor, luego volteó, le mandó un beso y Mora sonrió, esa sonrisa siempre era su perdición, decidió volver sobre sus pasos y besarla una vez más antes de irse.

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