sábado, marzo 12

Portas

Constantemente, encuentro puertas cerradas cuyas llaves parezco nunca encontrar y, cuando creo que tengo una llave, su puerta se me cierra y me doy cuenta de que no tenía ninguna llave, solo la mantenía abierta mientras la sostenía. Mientras tanto, yo mantengo todas mis puertas abiertas y las llaves parecen innecesarias, pero cuando decido compartir una llave significa algo para mí, tiene un significado esencial que no yace en la posibilidad de abrir la puerta, sino de cerrarla y, así, resguardar el momento que tras esa puerta protejo. 
Me gustaría, entonces, encontrarme con una llave que me permita cerrar esa puerta que protege la convergencia, que no la atrapa, sino que, en el momento en el que la contiene, le permite extenderse en su totalidad, le da la deliciosa capacidad de ser en todo su esplendor . Me gustaría encontrarme con esa llave que resguarda y libera, que nos deja ser.

Me gustaría, además, no encontrar puertas que nacieron cerradas, porque esas sí aprisionan, porque nunca permitieron libertad, me gustaría siempre encontrar puertas abiertas que brinden posibilidad y que, recién desde la libertad, elijan custodiar ciertas fracciones valiosas y cerrarse.

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