lunes, marzo 7

¿Un él?

Hace algunos años, soñé a un él que no sabía que seguía teniendo, hace algunos años, pedí un él como no pensaba que los hubiera y, hace algún tiempo, tuve un él -miento, no lo tuve, ni nunca lo tendré, porque a las personas no las tenemos, con las personas somos y compartimos, pero no nos pertenecen, ni les pertenecemos- que encajaba con todo lo que, sin saber que encontraría, pedí. Hoy, después de mucho, vuelvo a buscarme en esa búsqueda que hace años tenía y me encuentro con que, sin buscarlo, lo encontré, que fue tal como lo soñaba, como si, de alguna manera, mis deseos hubieran conjurado su existencia cuando está cerca de mí, como si todo lo que pedía, en realidad, no era una petición, sino, una afirmación de su existencia y sonrío por esa causalidad, sonrío por ese momento en el mundo en el que él fue el él que yo pedía sin preocuparse por serlo y sin que yo note que lo era. Hoy, vuelvo a leer mis deseos y despierto ante la realidad de esos momentos juntos, de las sonrisas y los abrazos y me creo que se cumplió mi deseo y el él que pedía es real. Hoy, celebro el coincidir de nuestra existencia y espero que, si él pedía una ella, yo haya podido ser, aunque sea por un instante, esa ella. Hoy, me alegra recordar y soñar cada vez que quiero, seguir cumpliendo mis antojos y, de vez en cuando, despegar los pies del suelo, flotar con los ojos cerrados como en ese abrazo y sonreír. Hoy, finalmente, soy la ella que yo necesito y que no deja de atreverse, ni deja de soñar.

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